
Tenemos que hablar de la sobrecarga de pantallas en los coches. ¿Qué opinas al respecto? | Carscoops
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Hace 19 horas
por Stephen Rivers
La cabina del nuevo Cayenne Electric está repleta de pantallas OLED, de realidad aumentada (AR) y para el pasajero.
Los críticos sostienen que los cuadros de instrumentos digitales parecen baratos, desechables y carecen de artesanía.
El debate pone de relieve la conveniencia frente a la calidad duradera y el diseño atemporal.
Echa un vistazo rápido al panorama automotriz y una cosa saltará a la vista en cuanto al diseño de las cabinas: las pantallas están tomando el control. Casi todos los coches nuevos en el mercado, independientemente del precio o segmento, ahora tienen al menos una, y la mayoría tiene varias. El diseño de las cabinas se ha convertido en una competición de píxeles.
Algunos coches de lujo, como el nuevo Porsche Cayenne Electric, están llenos hasta arriba de ellas. Así que hoy nos preguntamos: ¿qué opinas realmente sobre la obsesión de la industria con los cuadros de instrumentos totalmente digitales?
Lea: El nuevo Cayenne Electric alberga más pantallas que un buffet de LEDs en Las Vegas
Hablando del nuevo Cayenne Electric, todo se trata de inmersión. Los conductores tienen un cuadro de instrumentos digital OLED curvo, una pantalla táctil central de 14,25 pulgadas y, opcionalmente, un head-up display de realidad aumentada de 87 pulgadas que se extiende a lo largo del parabrisas.
Pantallas en todas partes, al mismo tiempo
El nuevo Porsche Cayenne Electric.
Ni siquiera el pasajero se queda fuera, con una pantalla de 14,9 pulgadas para streaming de vídeo y control de aplicaciones. Porsche además incorpora asistencia por voz impulsada por IA, una llave digital (Digital Key) compartible con siete usuarios y nuevos “Mood Modes” que sincronizan la iluminación, el clima y los asientos para adaptarse a tu estado de ánimo.
¿Pero más pantallas son realmente mejores? No todo el mundo lo piensa así. El escritor automotriz Jack Baruth ha argumentado —con razón, en mi opinión— que «las pantallas son para los proles», señalando lo rápido que los salpicaderos LCD de ancho completo están descendiendo desde los coches de alta gama hasta sedanes chinos baratos, y en el caso de Porsche, yendo en la dirección contraria.
Su punto es que las pantallas se abaratan año tras año, y lo que hoy parece futurista puede parecer genérico mañana. Al fin y al cabo, esa misma matriz brillante de pantallas que encuentras en un Porsche de 200.000 dólares pronto aparecerá en coches urbanos eléctricos de 10.000 dólares con todo el encanto de un microondas.
La artesanía por encima de los circuitos
El Bugatti Tourbillon arriba y el Rolls-Royce Spectre abajo.
Por eso Bugatti, por ejemplo, se ha decantado por cuadros de instrumentos mecánicos impulsados por engranajes para el nuevo Tourbillon. Esa costosa solución a la antigua enfatiza la artesanía por encima de los píxeles. Cuando probamos el Rolls-Royce Spectre, los controles físicos destacaron de manera similar.
Lecciones de la era del cuarzo
¿Quieres otro ejemplo? Retrocede mentalmente a los años 70 y principios de los 80, durante la llamada crisis del cuarzo, cuando los relojes LED y digitales convencieron a todo el mundo de que las agujas eran obsoletas. Durante años, los dígitos rojos y los circuitos de cuarzo fueron la cúspide de la modernidad. Hasta que todos los tuvieron y de repente dejaron de serlo.
Más: ¿Qué salpicaderos de coches nuevos reconocerían los conductores de hace 40 años?
Una vez que se pasó la novedad y el mercado se inundó de versiones de bajo coste, el reloj mecánico recuperó silenciosamente su trono, especialmente entre las marcas de lujo, valorado no por su conveniencia sino por su carácter.
La misma historia podría desarrollarse en los interiores de los coches, donde los salpicaderos luminosos llenos hasta el borde de pantallas prometen el futuro, pero corren el riesgo de envejecer como esos relojes digitales antaño codiciados, víctimas de su propio brillo desechable y carente de carácter.
Encontrar el equilibrio
Por un lado, los cuadros de instrumentos digitales ofrecen una conveniencia innegable, personalización e integración tecnológica. Por otro, corren el riesgo de hacer que los coches parezcan aún más desechables, intercambiables y menos especiales; además, en unos pocos años mostrarán su edad a medida que la tecnología avance a un ritmo bastante acelerado. Basta con mirar las pantallas de infoentretenimiento de los años 2000.
No estamos diciendo que las pantallas vayan a desaparecer por completo ni que deban hacerlo, pero quizá deberían aprender modales. Úsalas donde tengan sentido, como para el sistema de infoentretenimiento, la navegación o lecturas auxiliares, y deja que los controles físicos adecuados hagan el resto en lugar de depender exclusivamente de pantallas táctiles.
También: ¿Qué modelo o época de BMW tuvo el mejor diseño interior?
Los botones, interruptores y mandos no solo se sienten mejor al usarlos, sino que también dan a los diseñadores la libertad de crear interiores con algo de personalidad de nuevo, en lugar de la misma estética de losas de vidrio que ahora cada marca llama «minimalista», lo que generalmente se traduce en una pantalla gigante que se extiende de esquina a esquina.
Así que te lo planteamos: ¿te encanta la flexibilidad y el aire de alta tecnología de los cuadros de instrumentos digitales, o preferirías que más fabricantes devolvieran los atemporales indicadores mecánicos?







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